Al terminar los estudios, nuestra pasión por trabajar la tierra evolucionó, y nos absorbió la ilusión de crear un taller y trabajar en él. Queríamos crear piezas únicas de gran calidad con las que disfrutar de la cotidianidad. Teníamos mucho que contar y un medio para transmitirlo: la cerámica.
Éramos (y somos) inconformistas, inquietas y (un poco) cabezotas, así que insistimos hasta inaugurar nuestro primer taller. Desde entonces vivimos y trabajamos en Itsaso, situado en el corazón de Gipuzkoa, rodeadas de naturaleza y buenas compañías; un lugar de inspiración y creación.
Cada pieza que creamos lleva impresa nuestra huella personal, nuestra forma de ver el mundo. Habla de nosotras, de nuestro entorno y de nuestra cultura. También contamos los relatos que con cariño hemos escuchado a nuestras amamas (abuelas). Así, cada pieza da cobijo a una historia que nos gustaría compartir contigo.
Con la experiencia adquirida durante estos 25 años, hemos ido evolucionando nuestra manera de trabajar. Sin embargo, hemos mantenido la esencia que desde el principio definió a Pott: crear productos únicos a mano, irrepetibles y personalizados, mimados durante todo el proceso de ejecución. Después de estos años, nos sigue emocionando el momento de abrir el horno y descubrir el resultado.
Y tú, ¿ya conoces la historia que hay tras cada pieza?
Nos conocimos, cómo no, con las manos en la masa, embarradas. Coincidimos en la escuela de Arte y Artesanía de Deba. A pesar de ser muy diferentes, nos unió la pasión por trabajar la arcilla y la inquietud por preservar un oficio milenario.
Nuestros pasos siguieron en Manises (Valencia), donde a medida que adquiríamos más conocimientos, la idea de crear un taller tenía más presencia en nuestras conversaciones.
Y lo hicimos. Se materializó cuando nos ofrecieron la antigua escuela de Itsaso. Provistas de material de segunda mano y entusiasmo desbordante, nos mudamos al pueblo natal de la ama (madre) de Maite. Con una bienvenida lluviosa y a la vez calurosa por parte de los itsasoarras, nació Pott.
En el año 2004, unos cuantos ceramistas vascos creamos el colectivo EKG (Euskal Keramikagile Garaikideak, Ceramistas Contemporáneos Vascos). Desde su formación continuamos proponiendo, organizando y realizando eventos, cursos y exposiciones, con el objetivo de crear así un espacio de diálogo y comprensión que dinamice y active el panorama de la cerámica contemporánea.
Maite Salutregi Aramendi
1963, Eibar
En el instituto hacía dibujos abstractos que eran importantes para mí y hoy continúan siendo importantes, bocetos que atrapan ideas que más tarde materializaré en mi trabajo creativo, soy ceramista y escultora. Con 25 años descubrí la cerámica en la escuela de Arte de Deba y dos años después la curiosidad me llevó a estudiar a Manises; durante cinco años conocí el entramado de la cerámica artística, también la maquinaria, los proveedores y profesionales de esta disciplina, un mundo fascinante.
En Itsaso, junto a Jone, dimos forma a nuestra mayor ilusión: tener nuestro propio espacio, creamos Pott Keramika y así comenzó nuestra aventura.
El aprendizaje ha sido continuo; nuestra labor impartiendo clases tanto a mayores como a niños nos aporta ilusión y da otro sentido a nuestro trabajo. Los retos que nos presentan nuestros clientes incentivan nuestro trabajo creativo.
El mundo del Arte, el campo artístico, siempre han marcado un camino que he recorrido hace poco en la UPV de Leioa. Terminé la carrera con un Minor en Escultura al hacer el Grado en Arte, la cual he disfrutado muchísimo desde la madurez. Las nuevas herramientas que he adquirido me aportan seguridad cuando construyo piezas corpóreas que intentan dar respuestas a preguntas y reflexiones como modo de expresión.
Apunte personal: Me gusta trabajar la huerta, recoger sus frutos y degustarlos en un cuenco hecho con amor.
Jone Urain Larrañaga
1967, Mendaro
En 1996 terminando COU y sin saber muy bien qué rumbo tomar, tuve la suerte de asistir a una promoción del centro de enseñanzas artesanales de Deba (Gipuzkoa), donde nos enseñaron unas diapositivas (¡fue hace tanto tiempo!) de los trabajos de la escuela. Recuerdo las imágenes de las teteras; sus formas redondeadas y los esmaltes tan fantásticos me atraparon de tal forma, que decidí emprender ese camino.
En este largo recorrido en contacto con el barro y con Maite, de 3 años en la escuela de Deba, más otros 3 en Manises (Valencia) y 25 años en Pott Keramika, he ido experimentando, adquiriendo conocimientos, descubriendo nuevas técnicas cerámicas para poder trabajar mejor, e ir cubriendo mis necesidades para crear nuevas formas y acabados que me apasionan.
Apunte personal: Me gusta el color verde, el olor a canela y espliego, y disfruto al descubrir a artistas, ceramistas o autores literarios que me sorprendan.